martes, 7 de abril de 2015

Magdalenas de manzana

¡Buenos días, urbanitas y aldeanos!

Hoy escuché por la radio que hay muchos niños que, al vivir en las grandes ciudades y no tener ningún contacto con el medio ambiente y con el medio rural en general, padecen lo que se conoce como el "Nature Deficit Syndrome" (es decir, un síndrome a consencuencia de una carencia de exposición a la naturaleza"). Los niños ya no saben de dónde sale un huevo, cómo crecen los tomates, o cómo se hace el queso.

Seguro que piensan como yo cuando oí la noticia: ¡hala, qué exagerados!

Ya, ya... pues después del relato de hoy, quizás concluyan que también ustedes (al igual que yo) padecen este fatídico síndrome, por mucho que se esmeren en ir al zoo, a granjas escuelas o incluso al museo de ciencias naturales.

Resulta que Mr. Brownie y yo fuimos al parque con nuestras hijas, "Trepadora" y "Danzarina" un Domingo de Marzo. Elegimos para ello un precioso parque de Madrid: "El Retiro". Muy cerca del "Palacio de Cristal" hay siempre un montón de patos, gansos, tortugas... y a las niñas les encanta darles migas de pan. Pues bien, como estábamos a principios de Primavera, una pareja de gansos comenzó a aparearse haciendo unas tremendas cabriolas, saltando el uno sobre el otro como si del Circo del Sol se tratase. 


Las niñas y yo los observábamos sin perder detalle. Cuando finalizó "el espectáculo", nos percatamos de que al ganso le caía una especie de SERPENTINA ROSÁCEA ENROSCADA de la parte trasera, que llegaba hasta el suelo. Si han deducido lo que era, entonces es que no padecen el SÍNDROME URBANITA ESE. Personalmente, me quedé perpleja y tuve que bucear en mi teléfono móvil (en Google) antes de confirmarle a mis hijas: NIÑAS, esa serpentina, es el pene del ganso. (Quienes me conocen, saben que no me ando con eufemismos a la hora de llamar a las cosas por su nombre...).

¿Saben lo que me respondieron mis hijas "Trepadora" (10 años) y "Danzarina" (8 años) al unísono?
...¡Ya lo sabía mami! (y siguieron alimentando a las aves).

Hoy haremos unas sabrosas MAGDALENAS DE MANZANA, y de algo estoy segura: ¡no las voy a decorar ni con una sola serpentina!

Esta receta es: sin gluten, sin lácteos y sin almidón.

(Verán por la foto, que mi suegra me ha regalado una bandeja especial donde meter los moldes de las magdalenas. Me viene muy bien, porque últimamente ¡hago más magdalenas que la pastelería de mi barrio!) 

MAGDALENAS DE MANZANA (16 unidades)

Ingredientes:

  • 200 g de almendras crudas con cáscara
  • 75 g de pasas sin pepitas
  • bicarbonato sódico (1 cuch. de postre)
  • 4 huevos
  • 1 manzana roja
  • 100 g de miel líquida
  • canela molida (1/2 cuch. de postre)
  • azúcar avainillada (1 cuh. de postre)

1. Moler las almendras, junto con las pasas con la ayuda de un robot de cocina. Reservar.

2. Precalentar el horno a 170 ºC (calor arriba y abajo) al menos 10 minutos.

3. Mezclar el resto de ingredientes (excepto la manzana): los huevos, la miel líquida, el bicarbonato, la canela y el azúcar avainillado. Agregar las almendras y pasas molidas. Volver a mezclar bien.

4. Pelar la manzana, cortarla en cuatro trozos y desechar las pepitas. Cortar cada mitad en finos gajos. Reservar.

5. Disponer los moldes para magdalenas (de papel o de silicona) sobre una bandeja de horno y rellenar cada uno de ellos hasta la mitad de su capacidad con la masa. Colocar dos o tres gajos de manzana dentro de la masa, dejando asomar la manzana.

6. Meter en el horno durante 13 minutos. Podemos colocar dos bandejas de magdalenas dentro del horno de manera simultánea, a dos alturas.

Dejar enfriar las magdalenas antes de desmoldarlas. 

2 comentarios:

  1. Muchas gracias Elena, por el post y por la receta de las madalenas. luego lo leeré con Emma y te cuento. Un beso grande. Angela

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  2. Gracias por tu mensaje, Ángela. El post del apareamiento de los gansos, es sin duda una oportunidad estupenda para mostrarle a nuestros hijos pequeños "el arte amatorio" de los animales. Conociendo a Emma, se enganchará aún más a programas como "Pelo, pico, pata" y similares...¡ya me contarás! Yo creo que te pasará como a mí, con 8 años te dirá "que lo de la serpentina ya lo sabía"...¡ja, ja, ja!

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